Formo parte de la primera generación nacida en una Polonia libre, después de 123 años de ocupación extranjera. El estallido de la Segunda Guerra Mundial me privó de mi familia, de mi hogar y de mi futuro. Estamos enfadados, cansados, pero unidos. Estamos ansiosos por hacer algo, por recuperar alguna medida de control sobre nuestras vidas. Mis compañeros y yo sentimos que solo tenemos una opción: vengarnos y reconquistar la independencia de nuestra ciudad y nación, o morir en el intento.

Las probabilidades están abrumadoramente en nuestra contra. Somos como hermanos y hermanas, alentados por nuestro espíritu de lucha, confiando en nuestra inteligencia, astucia y trabajo en equipo. Pero, ¿será todo esto suficiente?

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Si planificamos bien y ejecutamos correctamente como grupo, quizás tengamos una oportunidad. ¡Ni siquiera sabrán qué los golpeó! Tenemos muchas opciones para abordar cada misión. Esperemos tomar las decisiones correctas y prevalecer.

Dondequiera que nuestra revuelta nos lleve, nuestra valentía será recordada por generaciones. Nuestra historia será contada, habrá suficientes supervivientes para contarla. Emplearemos buenas tácticas, seremos intrépidos, seremos como fantasmas.

Sabemos cómo luchar. Preferimos ser sigilosos, para maximizar nuestras posibilidades y minimizar nuestras pérdidas. Pero si este enfoque falla, abriremos camino a tiros.

Conocemos Varsovia por dentro y por fuera. Usaremos esto a nuestro favor. Los alemanes pueden haber destruido gran parte de la ciudad, ¡pero eso ahora se volverá contra ellos!

Somos menos numerosos, pero más fuertes en motivación y en los lazos que nos mantienen unidos. La buena cooperación es uno de nuestros puntos fuertes. Cada uno de nosotros tiene un historial, una personalidad y habilidades diferentes, pero podemos luchar bien juntos. Tener a un buen amigo para luchar a tu lado y protegerte no solo es más divertido, sino también una gran ventaja.