En Iratus: Lord of the Death, jugarás como Iratus, un nigromante que acaba de escaparse de su prisión milenaria y luchará por las fuerzas de la oscuridad.

Controlas un fiel ejército de muertos vivientes con esqueletos, zombis, banshees y muchos más entre sus filas de guerreros no muertos. Crea soldados de la única manera que un nigromante conoce: ¡a partir de las partes del cuerpo de los enemigos caídos!

Amplía y mejora tu guarida subterránea. Estudia rituales secretos para fortalecer a tus esbirros. Explora los retorcidos pasillos y las catacumbas subterráneas, y enfréntate a mineros modificados alquímicamente, avariciosos enanos y mercenarios corruptos. Ayuda a Iratus en su misión por recuperar y superar su antiguo poder. ¡Guíalo para que conquiste las fuerzas del bien y traiga el reino eterno de la muerte sobre el mundo!

Destacados

• ¡Ponte del lado del mal encarnando al nigromante Iratus!
• Crea esbirros con partes del cuerpo de tus enemigos derrotados.
• Hay 16 tipos de fieles esbirros: ¡zombis, vampiros, esqueletos, momias, banshees y muchos más!
• Sistema de combate avanzado: para ganar, tendrás que conocer los puntos fuertes y débiles tanto de tus tropas como de los enemigos.
• ¡Iratus no solo puede acabar con sus enemigos con magia o sus garras, sino que también puede absorber su cordura!
• Cada esbirro cuenta con seis habilidades únicas, lo que hace un total de casi 100 habilidades a tu disposición.
• Cuatro árboles de talentos que modifican tu estilo de juego: alquimia, magia, ira y destrucción.
• Expande y mejora tu guarida subterránea.
• Elementos típicos de juegos «roguelike»: los esbirros que mueren desaparecen para siempre y el juego guarda la partida automáticamente, por lo que cada decisión es irreversible.
• Detallados gráficos en 2D y una sombría atmósfera de fantasía oscura.
• Diferentes niveles de dificultad: hay uno para cada tipo de jugador, desde novatos a expertos.
• La leyenda del doblaje Stefan Weyte, famoso por su doblaje como Caleb en la serie de juegos de culto «Blood», pone voz al mismísimo Iratus!