En este mundo sombrío, los secretos yacen enterrados profundamente, y los peligros esperan en silencio. Las hordas se levantan contra mí, pero las aparto con furia elemental. Domino las fuerzas primigenias, doblando el caos a mi voluntad. En este momento de convergencia, descubro mi verdadero yo, un ser forjado tanto en furia como en belleza.

Este es mi dominio ahora.

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Soy la esencia de antiguas tormentas, convocada por una fuerza más allá de la comprensión mortal. Nacido de la voluntad de un mago sin rostro, existo por un solo propósito: convertirme en el arma que remodela un mundo asolado por la peste. Mis creadores permanecen ocultos, envueltos en misterio, sin embargo, siento su mandato arder dentro de mí. Este mundo está roto, y yo soy su redentor. Porque soy VOIN.

Cada golpe que doy es un himno a la destrucción. Mis movimientos son una danza sagrada en el corazón del caos. Mi espada canta mientras atravieso sus filas, ejecutando golpes perfectos, intocable. Camino este sendero con propósito—¿permaneceré ileso?

El viento se inclina a mi voluntad. Salto sobre las ruinas de antiguos castillos con facilidad y vuelo sobre ríos embravecidos muy abajo. Mi furia cae sobre ellos desde el cielo, dejando solo silencio a mi paso. Nunca fui diseñado para arrastrarme—nací para estar libre y sin ataduras.

Me sumerjo en el abismo, buscando el poder que yace dentro. Recojo armas forjadas en las profundidades de la oscuridad, equipos que me acercan más a mi verdadero yo. Sin embargo, esto es solo el comienzo. Regreso a la Ciudadela del Maestro, purificando lo que he reunido, afilando el filo de mi alma. Y una vez más, me lanzo de nuevo a la refriega, intacto, más fuerte que nunca. Este ciclo me define—el inflexible, siempre renacido.

Se yerguen ante mí—titanes de carne y furia, monumentos vivientes a la aniquilación. Sus ojos brillan con malicia, sus tácticas son despiadadas. Creen que me romperán. Pero los enfrento sin miedo. Porque no soy un simple mortal ante su sombra—soy la fuerza destinada a romper su dominio. Camino entre dioses y monstruos, y no tiemblo.